lunes, 1 de febrero de 2016

Ayer fue el cumpleaños de mi hermana a ella le gusta mucho este poema, a mí también por eso quiero compartirlo con vosotros.



EN EL FONDO DEL SUEÑO 
Amalia Bautista

A veces tengo sueños como mares:
 me golpean sus olas, me hacen daño,
 dejan un gusto a sal bajo mi lengua,
 enredan mis cabellos y me ahogan.
 Y, cuando llego al fondo, me repugnan
 los seres que lo habitan y lo ensucian,
 seres escurridizos y viscosos, 
sin párpados y sin extremidades, 
sin lenguaje, sin lágrimas, sin ruido.
 A veces tengo sueños como mares y,
 cuando me despierto de uno de ellos,
 sé que he sobrevivido a otro naufragio.

Con motivo del ciclo de conferencias en el Museo de Escultura de Valladolid que tienen como título "Nada temas, dice ella" y que está dedicado a Teresa de Jesús.
Me gustaría publicar este poema de la santa que tanto me gusta.




Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,*
que muero porque no muero.

  Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;           5
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.           10

  Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión             15
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

  ¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros           20
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.          

  ¡Ay, qué vida tan amarga           25
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,             30
que muero porque no muero.

  Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.             35
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

  Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;            40
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.           45

  Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;          50
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

  Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti            55
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.